Estos postulados se han tomado como referencia que describe la etiología de todos los agentes causantes de una enfermedad infecciosa, aunque fueron utilizados originalmente para describir solamente el bacilo de la tuberculosis. Son los siguientes:
1- El agente debe estar presente en cada caso de la enfermedad y ausente en los sanos.
2- El agente no debe aparecer en otras enfermedades.
3- El agente ha de ser aislado en un cultivo puro a partir de las lesiones de la enfermedad.
4- El agente ha de provocar la enfermedad en un animal susceptible de ser inoculado.
5- El agente ha de ser aislado de nuevo en las lesiones de los animales en experimentación.
De este modo se establecía un protocolo para discernir entre las muchas bacterias o agente biológicos presentes en cualquier tejido de cualquier animal. Mientras que muchas bacterias aparecen como “parásitos” de lesiones provocadas por otros agentes, solo hay un agente que provoque realmente la lesión. La importancia de los postulados de Koch consiste en la utilización de cultivos puros, cosa que es necesaria para discernir el verdadero causante de la enfermedad.
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