La rabia se ha considerado universalmente como una enfermedad mortal e incurable después de la aparición de los síntomas, en ausencia de la vacunación adecuada que debe administrarse antes de que dichos sintomas se presenten. Los tratamientos de las personas con rabia sintomática se limitaban a paliar los síntomas.
Los padres de Jeana Giese aceptaron someterla a un tratamiento experimental propuesto por los doctores del hospital infantil de Wisconsin, que consistía en inducir a Giese a un coma farmacéutico con la ayuda de Ketamina y Midazolam. Después de este primer paso, a Giese le fue administrado fenobarbital, un sedante, además de drogas antiretrovirales (ribavirin y amantadina), mientras se esperaba que su sistema inmunológico produjera anticuerpos que atacaran al virus. Después de siete días, Giese fue sacada del coma inducido.
Después de treinta y un días en el hospital, Giese fue declarada libre del virus Rhabdoviridae de la rabia y sacada de la cuarentena. Hubo un poco de preocupación al principio por el nivel de daño cerebal que ella pudiese haber recibido, pero aunque sufrió daño nervioso sus habilidades cognitivas fueron escasamente afectadas por la enfermedad. Pasó varias semanas bajo terapia de rehabilitación y fue dada de alta el 1 de enero de 2005. Para noviembre de 2005 ella era capaz de caminar por si misma, regresó a la escuela y comenzó a conducir automóviles.
Fuente: Wikipedia
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